No me siento demasiado bien, por un día el dolor físico a pasado a un segundo plano, para dejar todo el protagonismo al dolor psicológico.
Es lógico que algunas personas no comprendan lo que me pasa o como puedo sentirme, jamás le he pedido a nadie que lo haga. Lo que soy incapaz de entender, es la crueldad, el poco tacto o la incapacidad de sentir un mínimo ápice de empatía por alguien. Alguien a quien se supone que aprecian, si no a mí, a la persona que comparte mi vida, para la que ya es bastante duro enfrentarse a esto.
No pretendo molestar a nadie y de verdad siento que mi dolor pueda irritar a ciertos individuos, que presumen de cualidades de las que carecen.
No lo he elegido, no lo he pedido, y por supuesto no me merezco nada de lo que me está pasando, ni yo, ni todas esas personas que padecemos esta mierda de enfermedad.
A veces, y dentro de la absoluta indignación, quisiera que tod@s es@s sufrieran durante un día, que digo un día, una hora, una mísera hora: la impotencia de tener que resignarse a un mal que pone del revés toda una vida; lo insoportable de sentir que todo el cuerpo se rompe a trocitos; el cansancio al subir tres escalones; la pena de ver como la gente que te quiere sufre contigo sin saber que hacer. Únicamente una hora.
Entiendo que es difícil de procesar, que es mucho más sencillo pensar que estoy como una puta cabra, para mí también lo era.
Gracias, por demostrarme de nuevo, que mi gente no me falla. A los que no podéis ver más allá de vuestras orejas de burro…lejos, os quiero lejos.
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